Resumen de la charla del martes 3 de junio – “La larga lucha del litoral en Cantabria (1985–2004)”

Ponente: Carlos García, Secretario General de ARCA

La segunda jornada de las Jornadas Abiertas ARCA 2025 nos sumergió en una parte fundamental de la historia ambiental de Cantabria: la defensa del litoral frente a décadas de agresiones urbanísticas. La charla corrió a cargo de Carlos García, miembro fundador y actual secretario general de ARCA, quien ofreció un repaso minucioso y apasionado de una lucha que marcó la trayectoria de la asociación y de toda una generación de activistas.

Un litoral en peligro
A partir de los años 70 y con mayor intensidad en los 80, Cantabria vivió un boom constructivo sin apenas control. Las dunas, los estuarios y las marismas comenzaron a ser invadidos por urbanizaciones, complejos turísticos y extracciones masivas de arena, todo con el beneplácito —o la complicidad— de las administraciones locales. Carlos García recordó cómo la sociedad civil empezó a reaccionar cuando esas transformaciones empezaron a ser visibles y alarmantes.

Oyambre, La Arena, Somo: puntos clave de resistencia

La charla repasó algunas de las campañas más emblemáticas impulsadas por ARCA, como la oposición a la urbanización de las dunas de Oyambre, que desembocó en su declaración como Parque Natural en 1988, o la defensa de la Playa de la Arena, uno de los casos más mediáticos de destrucción del litoral que logró movilizar a centenares de personas y sentar un precedente legal.

Carlos explicó cómo estas acciones fueron posibles gracias a una estrategia que combinaba la protesta ciudadana con el trabajo legal, técnico y mediático. “No solo salimos a la calle; también aprendimos a leer planes urbanísticos, a presentar alegaciones, a acudir a los tribunales y a ganarlos”, destacó durante la charla.

Un activismo que hizo escuela

Otro aspecto destacado fue el valor pedagógico y organizativo que tuvo este movimiento. Se crearon redes entre vecinos, ecologistas, abogados, científicos y periodistas. La lucha por el litoral se convirtió en una causa transversal que logró calar en la conciencia colectiva. “Aprendimos a trabajar juntos desde la diferencia, y eso nos hizo más fuertes”, señaló el ponente.

Obstáculos persistentes

Pero no todo fueron victorias. Carlos García también hizo hincapié en los obstáculos estructurales que han dificultado la conservación de la costa: el urbanismo clientelar, la corrupción política, la debilidad del Plan de Ordenación del Litoral (POL), y la continua presión para recalificar suelos protegidos. “El caciquismo sigue muy vivo y, aunque ahora hay más herramientas legales, las amenazas no han desaparecido”, advirtió.

La jornada finalizó con un intenso intercambio con el público, en el que se compartieron experiencias personales, se recordó a personas clave en esta lucha y se reafirmó el compromiso colectivo con la protección del litoral cántabro.